domingo, febrero 01, 2015

GENTES SERRANAS: ALEJANDRO MIGUEL RUIZ DE TEJADA, EL VIOLONCELISTA DE HIENDELAENCINA


                                                                                                                    Tomás Gismera Velasco

    Nos cuenta, en torno a Alejandro Miguel Ruiz de Tejada, la Ilustración Española y Americana, con motivo de la obtención de una de becas pensionadas del Ministerio de Fomento, en 1883:

   “Nació en Hiendelaencina (Guadalajara), dando principio al estudio de solfeo en mayo de 1876, y en septiembre del mismo año pudo matricularse en la Escuela Nacional de Música y Declamación, previo examen de ingreso, en primer curso de violonchelo y tercero de solfeo, y en los exámenes y concursos que se celebraron en junio siguiente obtuvo el primer premio en esta última asignatura y nota de sobresaliente en aquella; en los seis años sucesivos ha completado los ocho cursos reglamentarios de la enseñanza de violoncello, ganando por unanimidad iguales notas y primeros premios, no obstante haber simultaneado tres cursos de Armonía y tres de Composición; en las oposiciones celebradas en julio último ha merecido también la propuesta unánime del tribunal y la concesión de la gracia”.

   Efectivamente, Alejandro Miguel Ruiz de Tejada nació en Hiendelaencina en 1864, y de Hiendelaencina salió para recorrer el mundo.



   Recorrió España, y parte de Europa, dando conciertos de violoncello, adquiriendo fama nacional, obteniendo inmejorables críticas, siendo una de las primeras la que obtuvo tras uno de sus conciertos en Granada:

   “Precedido de justa fama había llegado su nombre hasta nosotros, pero las realidades superaron a todas las esperanzas cuando tuvimos el gusto de escucharle… Alguna vez, muy pocas, habíamos oído el violoncello bien tocado, mejor nunca.”

   En 1884 ganó la oposición para el estudio de su especialidad en el Conservatorio de París, donde obtuvo el primer premio. Siguió igualmente estudios en Lieja y en Viena, y actuó en Alemania, Austria e Inglaterra al lado de los grandes maestros de la época, siendo reconocido en España con la Cruz de Isabel La Católica.

   Contrato matrimonio con la granadina María Ana de Toledo y Fernández de Prada, de cuyo enlace nacieron cuatro hijos.

   Se retiró de la vida como concertista en la década de 1890, regresando esporádicamente para dar algún señalado concierto, en homenajes y actos de caridad, siendo el último el dedicado a Federico Chopin en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el 30 de noviembre de 1926.

   Compaginó sus conciertos y estudios musicales con los estudios administrativos y jurídicos licenciándose en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid como abogado e ingresando en el ministerio de Hacienda donde desempeñó diversos altos puestos, llegando a ser Delegado en las provincias de Granada, Almería y Segovia, además de Tesorero de la casa de la Moneda, hasta alcanzar el puesto de Vocal del Tribunal Económico Administrativo Central, desde donde pasó a ser Magistrado del Tribunal Supremo, cargo para el que fue nombrado en el mes de abril de 1931, tras la proclamación de la República, y en el que se jubiló en 1934.

   Falleció en Madrid el 9 de mayo de 1940, siendo enterrado en el cementerio de San Isidro de Madrid y la conducción del cadáver desde su domicilio, en el Paseo de Recoletos a la Sacramental, fue seguido por un numeroso público que todavía lo recordaba con admiración.

Atienza d los Juglares/Enero 2015