jueves, marzo 26, 2015

ATIENZA, MES DE MAYO



ATIENZA, MES DE MAYO

   El mes de mayo en la cultura clásica fue puesto bajo la protección de Apolo, teniendo como símbolo la figura de un hombre que lleva sobre su cabeza una canasta de flores, también era representado por un joven vestido de verde símbolo de la fertilidad. Es este mes el del nacimiento por excelencia de la primavera.

   Tradicionalmente en este periodo se formalizaban los noviazgos, si bien no estuvo, al contrario de lo que sucede en otros lugares de la provincia, extendida la costumbre del canto de los mayos.

   Fiestas tradicionales del mes:

   Día 1. San José Obrero. Fiesta del Trabajo. Patrón de la Cofradía de San José y de los carpinteros de la Villa. La Hermandad Cabildo de San José es, al día de hoy, meramente representativa. Se fundó en la iglesia del Salvador mediado el siglo XVII, para ayudarse mutuamente los cofrades y festejar al titular, en cuya festividad acudían a Misa Mayor en dicha parroquia. Tras la desaparición de la iglesia del Salvador la Cofradía pasó a la iglesia de San Juan.

   Día 3. La Invención de la Santa Cruz. Bendición de campos. Se celebraba tradicionalmente con Misa Mayor en la iglesia de Santa María del Val, fuera del casco urbano de Atienza. Tras la misa se salía en procesión hasta un paraje de las cercanías, donde el sacerdote bendice las cosechas haciendo la señal de la cruz y esparciendo agua bendita hacia los cuatro puntos cardinales. A la misa era tradición llevar pequeñas cruces de cera que posteriormente eran enterradas en las tierras que se deseaba proteger. Igualmente se entregaban a aquellos labradores que por tener tierras en algún lugar dominante, altozano, cerro, etc., podían situarlas en alto para que diesen la misma protección a las del entorno. 

   Día 5. Santas Espinas. Día dedicado a la famosa reliquia, al día de hoy en la iglesia de la Santísima Trinidad. La fiesta está organizada por la Cofradía que se fundó para darles culto, tras llegar a dicha iglesia en 1849 procedentes del convento de San Francisco. La celebración comienza con la Misa Mayor y posterior adoración de la reliquia. Concluye al atardecer, con la subasta de ofrendas y el relevo de mandos de la Hermandad.

Día 15. San Isidro Labrador
   La fiesta está adscrita a la iglesia de la Santísima Trinidad, donde se encuentra la talla del santo.
    Se celebra, puesto que lo continúa haciendo, con Misa Mayor, en la que toman parte tanto la Hermandad de Labradores y Agricultores, como la Cofradía de la Santísima Trinidad, que ese día celebra Junta General.
   Tras la misa, los miembros de la Hermandad de Labradores portaban las andas del santo para recorrer la población procesionalmente. En la actualidad dicha procesión consiste en rodear la iglesia.
   Igualmente, la imagen del santo, junto al relicario de las Santas Espinas, solía ser sacado en rogativa de agua en época de sequía, acompañado de los cantos correspondientes:

Que llueva Señor que llueva,
sobre los resecos campos.
Y caigan suaves las aguas
que tanto necesitamos.
Fuiste Isidro Labrador,
y los labradores piden,
rogando tu intercesión,
agua nos mande el Señor.

   O bien:

Agua te pedimos,
Isidro glorioso,
muy tristes y humildes,
estos, tus devotos.
Mira por los labradores,
que tienen los campos secos,
y han derramado sudores.
Buenos temporales,
Santo Labrador,
te piden tus fieles,
con mucho fervor.

   Día 22. Santa Quiteria. Se celebraba con Misa Mayor en la iglesia de la Trinidad. A la misa se llevaban panes y sal que habitualmente eran tendidos ante el altar, para recibir durante los oficios la bendición del abad y ser empleados posteriormente para dar de comer a los animales, como protección de enfermedades, ante todo a los perros, de la rabia.

   Ultimo domingo de mayo. Fiesta de las Hijas de María. Pertenecientes a la Cofradía de la Inmaculada, y que posteriormente unió a su antigua patrona una nueva advocación, la Virgen de los Milagros, o de la Medalla Milagrosa, con sede en la iglesia de San Juan del Mercado. La Cofradía, integrada en su práctica totalidad por mujeres de la villa, fundada a fines del siglo XIX y que se mantuvo en pleno vigor hasta mediados del siglo XX, tenía instituido un ropero con el que facilitar vestuario a las personas pobres de la población. Ropero mantenido por las cofrades.

   Esta fiesta dedicada a la Virgen, en el mes dedicado a ella, tenía lugar en la iglesia de San Juan, que era convenientemente ornamentada de flores, a fin de tener en ella una Misa Mayor. Al cabo de la tarde, llevando la imagen de la patrona en procesión por las calles de la villa, tenía lugar el rezo del Rosario.

(Extraído de “Apuntes sobre el calendario festivo tradicional de Atienza, y noticias sobre sus celebraciones”, de Tomás Gismera Velasco, en “Cuadernos de Etnología e Guadalajara”, núm. 41. Guadalajara 2009).