martes, marzo 24, 2015

GASPAR CASAL



GASPAR CASAL
Tomás Gismera Velasco

      A Gaspar Casal, durante muchos años, se le tuvo como natural de Atienza, y si no de la propia villa, de alguno de los pueblos aledaños: “No sabemos ciertamente el lugar de su nacimiento, aunque si que fue castellano”.  Era la afirmación de Angel Campos en el número 1 de Atienza Ilustrada, que dedicaba un artículo a glosar la figura del ilustre médico.

   En el mismo número de la revista, publicada en 1898, se da cuenta de que otros autores lo tienen por nacido en Oviedo. El Cronista provincial Juan Catalina García López lo supone natural de la provincia, sin precisar población; Juan Diges Antón y Manuel Sagredo, en su “Biografía de hijos ilustres de la provincia”, lo suponen natural de la capital provincial, Guadalajara, y Angel Campos, autor del artículo, concluye:

   “Sin embargo, la circunstancia de que ya médico pasó a vivir al lugar llamado Somolinos, distante dos leguas de la villa de Atienza en donde residió durante seis años, hacen presumir que dicha villa de Somolinos, cuando no en el mismo Atienza, dan la patria de tan exclarecido varón, pues es lógico que terminados sus estudios, y estos pudieron serlo en la Universidad de Alcalá de Henares, pasara a ejercer el sacerdocio de la ciencia a su tierra natal, iniciándose en el ejercicio de la medicina allá  donde existieran sus padres y sus amigos”.

   José María López Piñero, en la Revista Española de Salud Pública (Madrid, julio-agosto 2006), al igual que otros autores, nos dice: Gaspar Casal Julián pasó su infancia en la localidad soriana de Utrilla, de donde procedía su madre y a la que se trasladó su familia antes de 1686. Continuó residiendo después, hasta 1713, en la zona del obispado de Sigüenza comprendida entre Utrilla, Atienza y la propia Sigüenza. En el prólogo de su Historia Natural y Médica del Principado de Asturias, Casal destaca que desde 1706 a 1712 trabajó en estrecha colaboración con el boticario Juan Manuel Rodríguez de Luna, quien entonces vivía en Atienza y antes había estado largo tiempo en Roma al servicio del papa Inocencio XI. Lo llama «el más excelente naturalista, botánico y químico de cuantos conocí en mi vida» y lo considera su principal maestro en estas materias, subrayando que «trabajé tanto por adelantar como él trabajó los años que estuvo en Roma... deseo que ninguno juzgue que me meto a tratar de las cosas físicas, sin noticia ni estudio de ellas». En otros lugares de su libro trata del clima, la historia natural y la sanidad de la zona citada y de la vecina parte del ducado de Medinaceli, donde están situados Finilla del Olmo, Barahona y Romanillos. También se ocupa de algunas fábricas que por allí estaban situadas, como la salitrería que el duque del Infantado tenía en Somolinos, junto a Atienza. Todos estos testimonios han sido aducidos como pruebas de que Casal ejerció ya como médico en la zona en cuestión antes de 1713, cosa que en absoluto permiten afirmar los textos. Quizá trabajó entonces allí como cirujano o como ayudante de boticario, aunque lo único seguro es que, en septiembre de dicho año, recibió el grado de bachiller en la Universidad de Sigüenza y que, poco después, se graduó en medicina en una institución que desconocemos. Lo más probable es que lo hiciera en la misma Universidad de Sigüenza, donde cuarenta años más tarde obtendría el grado de bachiller de medicina su hijo Benito Ignacio. Al final de su vida, Gaspar Casal se seguía considerando seguntino y cuando dictó testamento manifestó que «era natural de Utrilla, diócesis de Sigüenza». Desde 1713 a 1717 residió en Madrid, llegando a asistir como médico a personajes de cierto relieve. Sin embargo, afirmó más tarde: «me probó tan mal su seco temperamento (muy frío en invierno y caliente en el verano) que, conociendo el riesgo con que me amenazaba, me vi precisado a dejarlo y marchar para Asturias el verano de 1717». En Oviedo residió durante treinta y cuatro años. Tras recibir la ayuda del duque del Parque, fue nombrado en 1720 médico municipal, cargo que ocupó hasta ser designado en 1729 médico del cabildo. A partir de estas fechas tuvo una gran fama profesional, que desbordó la capital y se extendió a todo el Principado, por cuyo territorio realizó varios viajes, efectuando también algunos por Galicia. En Oviedo cultivó la amistad de Benito Jerónimo Feijoo, quien se encontraba entonces en la cumbre de de su prestigio e influencia. Durante las veladas en la celda del benedictino Casal pudo conocer publicaciones nuevas, intercambiar ideas y planificar experiencias. Por otro lado, Feijoo pesó en su adscripción a la mentalidad que consideraba la experiencia como criterio científico básico. En 1751 volvió a Madrid, tras haber sido nombrado médico de cámara supernumerario de Fernando VI, casi al mismo tiempo que Andrés Piquer. Igual que éste, entró a formar parte del Tribunal del Protomedicato en 1752, año durante el que también fue designado miembro de la Real Academia Médico-Matritense.

   Que fue un ilustre médico no queda la menor duda, tampoco que tuvo una importante relación con Atienza, a pesar de que naciese en Gerona, el 31 de diciembre de 1860, hijo legítimo de don Federico Xacón Casal, Alférez de Caballería y de su esposa Magdalena, conforme recoge su partida de nacimiento, descubierta en 1936.

   Escribió una única obra antes de morir, que ha traspasado la barrera del tiempo: “Historia natural y médica del principado de Asturias”.

   Falleció en Madrid, el 10 de agosto de 1759, a los ochenta años de edad.