sábado, julio 25, 2015

JULIÁN HUALDE, EL BANDIDO DE SALMERÓN Facciosos, salteadores y bandoleros en tierras de Atienza y Guadalajara



JULIÁN HUALDE,
EL BANDIDO DE SALMERÓN
Facciosos, salteadores y bandoleros en tierras de Atienza y Guadalajara

Tomás Gismera Velasco

   De Salmerón salió Julián Hualde a recorrer los pueblos de Guadalajara en nombre del pretendiente don Carlos, como tantos facciosos más, a tiro de trabuco, reclamando contribuciones y saqueando los pueblos que se negaban a entregar voluntariamente lo solicitado.

   Al poco de estallar la guerra carlista Hualde se echó al monte, uniéndose a la partida del cura Balmaseda, con quien recorrió media España antes de entrar en Guadalajara, principiando ya el año 1839.

   Aquel verano, enviado por Balmaseda, arrasó El Recuenco y entró en Villanueva de Alcorón con su partida, de cuyos actos dieron cuenta las noticias oficiales:

   al momento de su llegada, la una de la noche, circunvalaron la población, presentándose a recibirlos el cura párroco y el abogado don Antonio Ruiz, el primero gritando Viva Carlos V. Era llegado el caso de que cada cual tomase su modo de vivir, y él tomaba el suyo para defender al rey y vengarse de este pueblo liberal amante de Isabel II. Denunció las casas de los patriotas, los hermanos don Guillermo y don Florentino Martínez, y otras que fueron registradas,  maltratando  a los criados  porque no hallaban a  sus amos  para saciar su feroz
venganza, fueron a buscarlos a los montes, y siendo infructuosas cuantas pesquisas efectuaron se llevaron por instrucciones del cura que se marchó con ellos, al alcalde constitucional, al escribano del ayuntamiento don Felipe del Amo, dos hermanas de este casadas, porque no se presentaban sus maridos y toda la vacada con reses de labor sin dejar una, quedando estos habitantes en la mayor miseria sin poder cultivar sus tierras e imposibilidad de hacer la recolección de frutos a su tiempo, teniendo que expatriarse a Madrid las casas que más socorrían a la clase menesterosa.


   Lo más escandaloso y digno de llamar la atención es que la esposa del referido abogado dos días después se marcha a Cantavieja en busca del señor cura para vengarse a su sabor de los liberales y por allá se está. Si el Gobierno de S. M. no echa una mirada de protección sobre este desgraciado país, usando de represalias, llevándose a Guadalajara al abogado y los padres de los hijos, y en todo este país se aumentará la facción…

   Una de sus más sonadas  correrías en solitario la cometería en Alcocer, pueblo castigado en varias ocasiones, en el mes de octubre de 1839, allí sorprendió a la población de madrugada, entrando en compañía de su partida, compuesta entonces por unos cuarenta hombres:

   estuvieron ocho horas pidiendo las contribuciones, el diezmo, tinajas y conminando con pena de la vida si no lo obedecían…

   Después se retiró con los suyos a Beteta, donde se reunían los facciosos, y desde donde se conocieron algunas noticias suyas en Madrid, por el mes de mayo del año 1940:

   Hace algunos días que corre la voz de que han llegado a esta corte algunos emisarios de la facción que ocupa a Beteta y entre ellos parece ha venido la mujer del cabecilla Julián Hualde, capitán del escuadrón faccioso titulado de Toledo.

   La venida de estos emisarios, y particularmente la mujer del referido cabecilla, tiene por objeto el solicitar el indulto para algunos corifeos de la facción de Beteta, entre los que se halla el citado Hualde.

   Para que ninguna autoridad ante quien se presenten sea sorprendida, y no ignore la vida de Hualde, haré una ligera reseña de ella, primeramente estuvo el cabecilla Hualde con Perdiz, a quien robó, marchándose a Aragón. Desde entonces ha cometido los mayores atropellos y atrocidades.

   El fue quien en 9 de mayo del año pasado, yendo con Cabrera, incitó a este a que fusilara a 13 sujetos de Salmerón. Provincia de Guadalajara, pueblo de donde es natural, no habiendo tenido efecto el fusilamiento mediante haberse convenido la entrega de una suma de dinero muy crecida. El ladrón Hualde fue el que en unión con Balmaseda sorprendió el pueblo de Valdeolivas habiéndose llevado presos a ochenta y tantos nacionales de dicho pueblo, la mayor parte de los cuales han perecido en los calabozos de Horcajo y Benifosá. También se llevó otros sesenta y tantos de Gascueña, los que todavía no han vuelto sino en pequeño número, habiendo perecido la mayor parte. El fusiló al alcalde de Priego, al médico y boticario de Sacedón y finalmente ha robado escandalosamente en la Alcarria cuya ruina ha sido total.

   ¿Y se querrá que a tal monstruo se le indulte? ¿Y habrá gobierno que lo consienta? Mucho lo temo, visto lo que diariamente sucede.

   Parece que fue ejecutado en algún lugar de la serranía entre Cuenca y Guadalajara.