miércoles, enero 04, 2017

Felipe V, en Atienza





FELIPE V, EN ATIENZA
ENERO DE 1702

    Tomás Gismera Velasco

 
     Nos ha quedado, para las grandes páginas de la Historia de Atienza, incluso del reino, se nos cuenta que por espacio de casi un mes, entre junio y julio de 1706, la estancia en la villa del rey Felipe V, el primer rey de la dinastía Borbón en España.

   Lo que la Historia no nos había contado, y en este pequeño avance lo damos por primera vez a conocer para la Historia de Atienza, la primera estancia en nuestra Atienza del rey Borbón. Si bien por menos días, fríos y de nieve. Tuvo lugar en el mes de enero de 1702.





   La controvertida figura del monarca, con un reino en guerra, recién heredado el trono y poco después de su llegada a España, se paseó, entre la nieve, por Atienza, y asistió a alguno que otro evento, estableciendo su corte por vez primera en nuestra villa. Y no residió, como otros monarcas en el castillo o el convento de San Francisco, lugares habituales para las residencias reales, sino que lo hizo en la casa palacio de uno de sus hombres de confianza, el mitad atencino, mitad seguntino, Sebastián de Olier y Sopuerta.

   No adelantaremos datos biográficos en cuanto a don Sebastián, del que en algunos lugares se sitúa como natural de Sigüenza, y de Atienza en otros, casado con doña Emerenciana de la Cabreriza, al parecer natural de la villa de Atienza. Sí que diremos, como hemos podido comprobar en el artículo precedente en torno a los hidalgos de Atienza, firmado por Juan Luis López Alonso, que al momento de recibir al rey era vecino de nuestra villa, desempeñando en ella cargos reales de alta responsabilidad.

   También diremos que don Sebastián y doña Emerenciana fueron los progenitores de varios vástagos, entre ellos don Mateo, nacido en Sigüenza hacía 1697, quien hizo carrera en la actual Argentina, a la que se trasladó mediado el siglo XVIII para ser figura importante en Buenos Aires y en el Virreynato del Perú, dirigiendo las tropas que en 1750 combatieron las tropas portuguesas que atacaban a las españolas en el Paraná. Murió en 1771 en Montevideo, donde descansa a la eternidad.

   Este Mateo de Olier fue a su vez padre de Mariano Olier, nacido en Buenos Aires el 25 de julio de 1752 y fallecido en el Río de la Plata el 27 de diciembre de 1816. De él se nos cuenta que entrado en religión, y como sacerdote, fue uno de los grandes activistas en la lucha contra la epidemia de viruela que asolaba la Argentina en 1778.

   Pero sigamos con nuestro Felipe V, o Felipede Borbón, duque de Anjou, quien tras la muerte del último rey de la dinastía Austria, Carlos II, aceptaba el trono español el 16 de noviembre de 1700.

   Felipe V preparó concienzudamente su viaje a España, dejando Versalles el 4 de diciembre de aquel año y pisando por vez primera suelo español en Irún  el 22 de enero de 1701 para hacer entrada triunfal en Madrid el 18 de febrero. Tenía entonces 19 años de edad. Poco después de su llegada a España comenzarían los movimientos austriacos que condujeron a la “Guerra de Sucesión”, cuando por el mes de mayo los ejércitos de Austria entraron en los reinos de Italia. Y el rey, por aquello de que los reyes se ponían al frente de sus ejércitos, debió de emprender el viaje a Italia, para combatir aquellas tropas. Estancia en aquellos reinos que únicamente debió de interrumpir para casarse, cercano a los 20 años de edad, con su prima María Luisa Gabriela de Saboya, en Figueras, el 2 de noviembre de 1701. La reina era algo, o bastante, más joven que el rey, 13 años de edad.

   Apenas estuvieron juntos unos días, pues el rey se vio en la necesidad de regresar a Milán, y la reina a Madrid.

   El regreso definitivo a España, tras los combates que serían el preludio de la auténtica guerra, lo iniciaría el joven monarca mediado el mes de diciembre, pasando de Italia a Perpiñán y de aquí a Cataluña para, recorriendo las provincias de Lérida y Zaragoza, entrar en la de Soria por Ágreda. Villa por la que pasó, camino de camino de Almenara y Almazán, el día 8 de enero. El día 9 de encontraba en Almenara, y el 10 durmió en Almazán, en el palacio del conde de Altamira, partiendo a la mañana siguiente rumbo a Berlanga de Duero, haciendo noche, y estableciendo su “Palacio”, en las casas del Condestable de Castilla.




   El día 12, con muy mal tiempo, la comitiva real se puso nuevamente en camino para entrar en Atienza al cabo de la tarde, estableciéndose el “Palacio”, en las casas de don Sebastián de Olier.

   Hasta Atienza había llegado la noticia, tan esperada por el monarca, de que la reina María Gabriela había salido de Madrid para encontrarse con su esposo en Guadalajara, en el palacio del duque del Infantado, mostrando deseos Su Majestad de ponerse en camino para llegar cuanto antes a la capital de nuestra provincia, para encontrarse con su esposa, sin embargo, el tiempo lo impedía.

   La crónica de sus viajes, escrita  por el  marqués de Ribas, nos dice:

   …El día doce fue Su Majestad a Atienza, y tuvo su Palacio en las casas de Sebastián de Olier; y porque llegó noticia de que la Reina nuestra Señora había salido a recibir a Su Majestad, y que esperaba en Guadalajara, quiso el Rey anticiparle el gusto y mandó poner paradas para el coche de su Real Persona, y el de la Cámara, para llegar en un día a Guadalajara, sin embargo, de la mucha nieve que había en el camino, y lo que la continuaba el tiempo.

   El día trece, a las ocho de la mañana, salió el Rey de Atienza, yendo en el coche con Su Majestad el Caballerizo Mayor, el Sumiller y el Gentil Hombre de Cámara de Guardia, y en el coche de la Cámara fuimos el Conde de Santisteban, el Duque de Osuna, el Duque de Gandía, el Duque de Béjar, Don Carlos de Borja, el Conde de Pliego y yo, y se dieron postas a algunos criados precisos de la Guardarropa. Su Majestad se detuvo un breve rato en el camino dentro del coche, donde se le sirvió un refresco para que pudiera continuar la jornada. El resto de la Casa y de la Corte pasó este día a hacer noche en el lugar de Jadraque…

   Los avatares del camino, entre Jadraque y Guadalajara, entre la nieve, la lluvia, el frío y las prisas, lo dejamos para otra ocasión. Sí dejaremos dicho que la reina salió de Guadalajara a esperarlo, y no llegando, se retiró al palacio del conde de Villafranca, entrando el rey en Guadalajara pasada la media noche, y permaneciendo en la ciudad, en el palacio del Infantado, los días 14 y 15 de enero, cuando se echó de nuevo al camino, en dirección a Alcalá y después a Madrid, donde entró el día 17.

   Digamos que don Sebastián de Olier y Sopuerta era,  en el momento de recibir al Rey, como nos apunta en su precedente artículo Juan Luis López, teniente de alcaide de la fortaleza –castillo-, recibiendo posteriormente un título señorial, de orden real.

1 comentario:

  1. Que fascinante. Sebastian de Olier y Sopuerta es mi tío tatarabuelo (de 8 generaciones atrás). Su hermano, el alcalde ordinario de Sigüenza, Francisco de Olier y Sopuerta, es mi séptimo tatarabuelo. Los Olier disfrutaron de la hidalguía tras esta visita del primer rey Borbón, ya que está notado que Sebastián y sus hermanos recibieron el don de la hidalguía, unos años después de la visita de Felipe V.

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